
Artículo publicado en la Revista Multimodal (Mendoza, Argentina)
Autor: Cristian Cuellar
Las negociaciones estancadas desde el año 2004, parecen encaminarse nuevamente para intentar lograr un acuerdo de libre comercio entre ambos bloques. ¿Cuáles son los avances a la fecha?, ¿sobre qué sectores de la economía se basa el eje de las negociaciones? y, ¿qué desafíos enfrentan en el reinicio de sus relaciones bilaterales?
Tras seis años de alejamiento el Mercosur y la UE han decidido retomar el clima de las negociaciones, las cuáles habían llegado a una importante pausa debido a grandes diferencia entre ambos. Ahora, con algunos pronósticos positivos para la reactivación de la economía mundial, el Mercosur y la UE están considerando seriamente la posibilidad de una apertura comercial que aporte beneficios ambiciosos para ambos bloques.
Consideremos también que el parate de la ronda de Doha en el marco de la OMC (Organización mundial del Comercio) tuvo su grado de influencia en la UE para que considere posibilidades alternativas en cuanto a aperturas comerciales; con el propósito de dejar atrás lo más rápido posible la crisis económica iniciada a mediados del 2008, sabiendo además que los países integrantes del Mercosur no han tambaleado de la manera que sí los hicieron las principales potencias económicas. También resulta interesante que el flujo de compra-venta puede ser más atractivo que con otras regiones que solo venden, o compran lo justo y necesario, y en éste caso, habría un ida y vuelta beneficioso para ambos grupos. En Mayo pasado se celebró en Madrid la Cumbre UE-Mercosur, donde los representantes de ambos bloques destacaron el compromiso del diálogo y la voluntad para negociar en favor de ventajas recíprocas para ambos.
Es necesario recordar que en 1999 comenzaron las negociaciones entre ambos, luego de un acuerdo inter-regional de comercio y cooperación firmado en 1995, y hasta el 2004 era un tire y afloje constante que terminó por dilatar las voluntades de ambas partes por lograr una apertura comercial, lo cuál quedó muy claro en la Reunión de Viena en Octubre de 2004, donde allí, ambos bloques hicieron ofertas que resultaron insatisfactorias para la ambas partes. Aunque también en ese lapso, se habían llegado a negociar listas de productos, donde Europa ofrecía importantes rebajas arancelarias en un importante número de productos, pero no precisamente en el sector más competitivo del Mercosur, el sector agrícola, y por su parte, el Mercosur se mostraba bastante cerrado a los bienes y servicios europeos.
Recordemos una frase que puede darnos una idea que cómo estaban las cosas por ese entonces, un anterior comisario de la UE, Franz Fischler expresó: “el aspecto multifuncional de la política agraria de la UE, no es materia de negociación y no tenemos la intención de sacrificarla en el altar del libre comercio“.
La primera ronda de negociación tuvo lugar en Buenos Aires a finales de Junio de 2010 en donde se establecieron bases para llevar a cabo las negociaciones entre ambos bloques.
La segunda ronda se realizó en Bruselas en Octubre de 2010 con el objeto de armar un cronograma de trabajo con vistas a hacer las primeras ofertas exportables; para lo cuál, ya comenzaron a trabajar en ello grupos técnicos en distintos temas. El secretario de Relaciones Comerciales de la cancillería argentina, Luis María Kreckler quién participó de la ronda de negociación, se había mostrado muy confiado en lograr el acuerdo para mediados del 2011.
Y la tercera y última ronda de negociaciones desde la reanudación de las relaciones diplomáticas, tuvo lugar en Brasilia en Diciembre de 2010 los días 6 y 7, siempre a través del Comité Birregional de Negociaciones Mercosur – UE.
En ésta última ocasión, se avanzó sobre derechos de propiedad intelectual, compras a nivel gobiernos e inversiones, y reglas de origen. Cabe destacar además, que se analizaron las expectativas de intercambio de ofertas sobre aranceles para la próxima ronda, donde hubo compromiso de ambos bloques por mejorar la oferta realizada en el año 2004, la cuál no había logrado la aceptación deseada como para continuar negociando, lo que ocasionó el estancamiento de todos estos años.
Puntos clave en la negociación
-Subsidios
El punto más importante en las negociaciones y muy importante para la Argentina, ya que Europa subsidia a su sector agrícola de tal manera que al Mercosur se le hace casi imposible ingresar con sus productos, ya sean comodities, o productos de alimentos elaborados, los cuáles además de enfrentar tales subsidios, deben enfrentar las medidas sanitarias estrictas y aranceles especiales.
Esta es la principal barrera que existe entre el Mercosur y la UE para llegar a un acuerdo comercial.
-Protección de la industria
La ministra de Industria, Débora Giorgi, destacó durante una de las primeras reuniones, la voluntad de diálogo de la Argentina, pero sin descuidar la industria nacional.
En este marco, se destaca la industria automotriz en la cuál hay opiniones dispares. Si bien para algunos empresarios locales, en el rubro automotor, se podría abandonar la dependencia del mercado brasilero para tener más acceso al mercado europeo que se lograría con una inmediata desgravación de aranceles para vehículos fabricados en la región; para otros, en cambio, entienden que la tecnología europea marcará el rumbo del sector automotriz, y además hay que tener en cuenta cuánto dependen las filiales que existen en la región de sus casas matrices europeas, por lo cuál no se espera prioricen los intereses locales. Además, se visualizan dos puntos que denotarían la sensibilidad del Mercosur en éste rubro, uno es el de los aranceles, ya que el Mercosur actualmente tiene altos porcentajes para extrazona, los cuales deberá ir desgravando progresivamente, y ello, significaría renunciar a importantes ingresos por derechos de importación; y el otro punto es el del mercado europeo, ciertos analistas entienden que más allá de una desgravación inmediata a los vehículos provenientes del Mercosur, no hay mucho lugar para colocarlos, en cambio sí lo hay en la región del Mercosur. El sector autopartista también señalan algunos empresarios sufriría perjuicios, ya que la UE cuenta actualmente con bajos porcentajes de aranceles como para que se note una diferencia logrado un acuerdo, a no ser que reduzcan sus barreras no arancelarias. El rubro metalúrgico y bienes de capital también sufrirían algún impacto negativo.
-El proteccionismo de la Argentina y su incidencia en el acuerdo
Desde el comienzo de la crisis mundial, la Argentina ha decidido tomar medidas para proteger la industria nacional y a los sectores más vulnerables al intercambio comercial internacional; en este marco, las restricciones a la importación de alimentos han sido notables, levantando serias críticas por parte de Europa, que se hizo muy notable en la primera ronda de negociación en Buenos Aires este año. Se destacan, restricciones a las pastas italianas, el aceite de oliva, arroz, quesos de alta calidad y duraznos griegos.
Se ha vuelto más común desde comienzos del 2009 la aplicación de licencias no automáticas, que muchas veces se atrasan más de los 60 días estimados, lo cuál mantiene inmovilizados los contenedores de los importadores con todos los costos que ello implica. Según la ministra Giorgi, estas herramientas se aplican dentro del marco de la OMC (Organización Mundial del Comercio), en circunstancias de riesgo para la industria y el trabajo nacional.
Este proteccionismo afectaría la confianza para sentarse a negociar el posible acuerdo entre ambos bloques, confianza que se necesita para que el debate siga abierto en las rondas próximas.
-El medio ambiente se hace presente
El tema del impacto ambiental que produce la industria, se impone cada vez más al momento de concretar acuerdos comerciales entre países y bloques comerciales. Muchas veces, a raíz de estos acuerdos, empresas transnacionales, logran acceso a recursos naturales. Tal es el caso de la ex Botnia, ahora UPM, la pastera de origen finlandés, ubicada en el Río Uruguay, habiendo llegado la Argentina y Uruguay a plantear sus diferencias en el tribunal internacional de La Haya, y que ha generado problemas socio-económicos para ambos países.
Tratados de Libre Comercio recientes entre Colombia y Perú con los EE.UU., Canadá y la UE han desatado conflictos por el impacto ambiental además de los impactos en los derechos humanos y laborales.
Por lo tanto se plantea la necesidad de que el Mercosur, establezca primero, internamente, una política equilibrada en cuanto a la industria y el impacto en el medio ambiente, para luego poder tratar como bloque, hasta donde llegan el acceso y las limitaciones a empresas extranjeras, cuando entren en juego los recursos naturales de la región. Por lo cuál durante el proceso de la negociaciones, se espera debieran introducir normas internacionales que responsabilicen a las empresas multinacionales por los impactos socio-ambientales de su desarrollo industrial.
¿Qué se espera para el corto y mediano plazo?
Se espera una siguiente ronda de negociación durante el próximo mes de Marzo en Bruselas y una siguiente en Asunción, Paraguay, hacia el mes de Mayo. Todo ello con vistas a lograr el ansiado acuerdo para el segundo semestre del 2011.
Para la ronda de Bruselas ya se planea presentar ofertas firmes en base a aranceles negociados. El Mercosur aumentaría su oferta de un 75 a un 90 % de sus productos y la UE ampliaría el 90 % de los suyos negociando incluso sobre productos agrícolas.Tal acuerdo beneficiaría a la región de la siguiente manera: se espera para la Argentina un crecimiento del PBI del 0,5 por ciento, para Brasil el 1,5, para Uruguay el 2,5 y para Paraguay un 5 por ciento, en cuanto a la UE, se pronostica el 0,1 por ciento. Claro que a medida que se logren avances esas proyecciones irán en aumento.Sectores con posibilidades de beneficios para el Mercosur: vinos argentinos, aceites, sector fruti-hortícola, vehículos, máquinas, aparatos eléctricos, aumento de la cuota Hilton. Se estima también que podría incrementarse la inversión extranjera que desde hace mucho tiempo la Argentina no recibe en buena medida.
Tengamos en cuenta que como bloque, el Mercosur siempre trata de negociar poniendo atención de que el comercio internacional debe aportar al desarrollo de los países menos industrializados para una mejora en su economía y su calidad de vida.
A todo esto, durante el proceso de reanudación de las relaciones comerciales, la Presidencia pro témpore de la UE pasó de España a Bélgica y actualmente a Hungría, y en el Mercosur, de manos de la Argentina a Brasil, y hace unos días a Paraguay.
No se puede esperar que los beneficios sean rápidos, se necesitará de un tiempo para que el mercado de ambos bloques se vaya adaptando progresivamente a la reducción de los aranceles y la apertura comercial. Hay que tener en cuenta que la UE tiene recientes incorporaciones de países de Europa del este que cuentan con bajos costos de producción, lo cuál representaría un riesgo a la competitividad de la industria del Mercosur.
Desafíos:
Europa pide amplia apertura comercial, pero restringe el sector más competitivo del Mercosur, el agrícola. Esto se hace notable ya que de los 27 países que componen la UE, un grupo de socios encabezados por Francia se oponen al acuerdo comercial, debido a que justamente pondría en peligro su sector agrícola con pérdidas millonarias, ellos son: Hungría, Grecia, Austria, Chipre, Luxemburgo, Polonia, Finlandia, Rumania e Irlanda, y recordemos que para lograr un acuerdo, se necesita la aprobación de la totalidad de los miembros, unanimidad.
La no completa integración del Mercosur, sus diferencias internas no lo dejan en una posición clara para negociar seriamente con otro bloque. Tal es el caso de la espera de Venezuela para ingresar, teniendo en cuenta que al momento no cuenta con una visión muy positiva por parte de los países más industrializados, entre ellos algunos europeos.
La salida de la crisis mundial por parte de Europa bien podría dar ese impulso necesario para llegar a un acuerdo de libre comercio entre ambos bloques. Si bien ésta relación, entre el Mercosur y la UE comenzó hace tiempo, podemos decir que está tomando vuelo recién ahora, y por lo tanto hay mucho camino que recorrer.